Vista de instalación, Lips, 2004. Foto: PJ Rountree
Daido Moriyama
Lips, 2004
diciembre 1, 2016 – marzo 31, 2017
Considerado por muchos un héroe del avant-garde, Daido Moriyama es una de las figuras emblemáticas de la fotografía en Japón. Sus inquietantes excursiones y poemas fotográficos le han ganado el reconocimiento a nivel internacional como el padre de la fotografía callejera. Testigo de los dramáticos cambios que transformaron Japón después de la Segunda Guerra Mundial, sus imágenes en blanco y negro capturan la disolución de los valores tradicionales junto a una modernización acelerada. La melancólica belleza de la vida cotidiana satura su trabajo, el cual se enfoca en retratar lo perdido, lo descartado y lo erótico. El contraste a blanco y negro característico de su obra a menudo empuja los límites de la película, que revela una visión dura y tajante de la vida urbana entre el caos de la existencia, mundos extraños y personajes inusuales. Es así que su práctica ocupa un espacio singular entre objetivo y subjetivo, lo ilusorio y lo real, el pasado y el presente.
Originario de Osaka, Moriyama ganó protagonismo a finales de los 60 con la revista avant-garde japonesa Provoke, al comenzar como foto-periodista y retratar el lado más descarnado del Japón conservador de la postguerra. Ha citado On the Road de Kerouac como una de sus más grandes influencias y ha recorrido Japón como un poeta del periodo Edo, acechando sus calles en búsqueda de encuentros fortuitos, y capturando sus estimulantes deseos junto a las raíces más profundas de la cultura tradicional japonesa. Publicados como ensayos sensuales, sus crónicas de Japón reflejan el paisaje de un vagabundo intelectual, arrastrado por la corriente del presente montado en visiones del pasado.
Las fotografías del auto-proclamado adicto a las ciudades reflejan su incurable adicción con lo urbano. Críticos y fans de Moriyama lo identifican afectuosamente como una personificación de su infame pieza Stray Dog (1971), pues a lo largo de su carrera ha capturado el presente inmediato de sus travesías, ya sea en Tokyo, Osaka, Buenos Aires, París, Sao Paolo, Nueva York. Para la cuarta edición de Sonora 128, el trabajo de Moriyama al fin vista la Ciudad de México, un lugar que él considera un estadio masivo lleno de deseos. Ahí, proyectado en la estratosfera de un cielo azul, presenta una versión de Lips (2004). Esta imagen forma pare de una serie de labios, que deja entrever su fascinación con lo sensual y lo erótico; en particular la manera en que estas ideas se proyectan en el paisaje urbano a través de la memoria. Un encuadre icónico que se disputa el puesto con Stray Dog, Lips ejemplifica la intoxicación delirante que permea su obra, con sus ardientes fantasías y sueños asediados.
kurimanzutto desea extender un agradecimiento especial a todos aquellos involucrados en la realización de este proyecto, en especial a Taka Ishii Gallery en Tokio.